El color de la Navidad


En el villancico Blue Christmas (Azul Navidad), Elvis Presley le cuenta a su amada ausente, que ella será feliz con su blanca Navidad, y que a pesar “del rojo de las decoraciones en un verde árbol de navidad”, para él simplemente será “una Navidad azul, azul, azul”. 

Tal vez el problema de estas fiestas resida en el empeño de que todo el mundo las vea del mismo color. Para muchos predominará el blanco porque simboliza la nieve, la alegría, la inocencia… Habrá quién decida teñirla de verde, por lo que supone de esperanza en el nuevo año que está a punto de comenzar. O quizá prefieran el rojo, que envuelve, por tradición, esos deseos que esperan ver cumplidos mientras apuran la última uva de la suerte. A otros muchos tan solo les rodea el gris de la indiferencia, la rutina, la soledad acompañada. Pero también se pueden vivir inmersas en un negro cegador por la tristeza que reflejan las ausencias y las sillas vacías. 

Quizás sería más sencillo dejar que cada uno las viva como quiera o pueda sentirlas; que se elija libremente la tonalidad con la que vestir la Navidad con la misma naturalidad con la que seleccionamos la ropa cada día. Sin presiones, sin expectativas, sin monsergas. Un “tutti fruti” liberador que nos acoja a todos por igual en unas fiestas que, como cada año, nos visitan con su estallido de luces, sombras y buenos deseos.

Foto: "Christmas star" mariya.m. Pixabay.


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